El secreto detrás de la vida larga de las ballenas
- El ritmo vital lento, una estrategia evolutiva, deja a los animales más vulnerables a la contaminación o al cambio climático
- La madurez tardía y la reproducción espaciada son claves en la estrategia vital lenta
¿Por qué algunas especies, como las ballenas, tienen una vida larga y otras una vida corta? "Hay varias teorías. El tamaño es importante. El riesgo de morir antes de llegar a adulto es un factor que puede limitar el desarrollo de vidas largas, pero hasta ahora no entendíamos muy bien el origen evolutivo del vivir mucho tiempo", ha señalado en Las Mañanas de RNE, Daniel Solís, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (IBE). Entender este proceso ha sido uno de los objetos de un estudio liderado por el IBE y el CREAF.
"Para cualquier especie reproducirse cuanto antes es beneficioso porque reduce el riesgo de morir sin dejar descendientes", ha aclarado el autor principal del estudio Los animales de sangre caliente han adoptado una estrategia de vida lenta para adaptarse al medio marino publicado en la revista Nature Communications.
Más vulnerables a la contaminación y al cambio climático
El estudio concluye que cuando mamíferos y pájaros terrestres hicieron la transición de la tierra en el mar evolucionaron hacia estrategias vitales cada vez más lentas, algo que favorece su longevidad.
Esta característica hace posible que la reproducción se extienda y por eso sostiene una fecundidad baja y más lenta. La investigación ha mostrado que precisamente esta ralentización del ritmo vital deja a estos animales más vulnerables a la contaminación o al cambio climático.
Para realizar este estudio han analizado la relación entre los ancestros y descendientes de más del 90% de los pájaros y mamíferos que viven en la tierra. Y esto contrasta con la tesis de que estas transiciones han ido acompañadas de ajustes de longevidad, fecundidad y tiempo de desarrollo.
"Vivir en el mar es complicado para especies de origen terrestre porque los recursos son muy escasos en el mar, son inciertos y además a menudo son muy difíciles de acceder porque se encuentran a cierta profundidad y esto requiere una serie de adaptaciones que permitan explotar estos recursos", ha explicado el investigador y ha añadido que una de las estrategias vitales que se creían necesarias para facilitar esta supervivencia eran la métrica y la ausencia de depredadores: "Un tamaño grande que permite acumular reservas y engullir muchas presas cuando el animal tiene la oportunidad, como pasa con muchas ballenas."
La importancia de explorar nuevos ambientes
El autor ha señalado que las teorías anteriores se centraban en estas características, pero que con este estudio se ha averiguado que el éxito podría residir también en "la actualización de nuevos ambientes." Por ello, aclara que: "Las transiciones hacia nichos ecológicos o ambientes que suponen retos y que requieren adaptaciones protectoras podría generar también una a un retardo en el desarrollo y una reducción en la fecundidad."
Para llegar a estas conclusiones, el estudio ha analizado información filogenética —el estudio de las relaciones de parentesco entre los distintos grupos de seres vivos— y modelos evolutivos, porque no se puede investigar a través del registro fósil, ya que en ellos no hay trazas de estrategia vital, ha subrayado Solís.
Por ello, ha incidido en el método de investigación, "Lo que sí que podemos hacer es construir filogenia e intentar reconstruir las transiciones entre ambientes terrestres y marinos y ver cómo han generado cambios evolutivos, en este caso en la estrategia vital. Y hemos constatado que los ancestros de las especies de aves y mamíferos marinos ya eran de vida lenta, pero al invadir los ambientes marinos se convirtieron en animales de vida todavía mucho más lenta", ha concluido Solís.